Lara Ferreiro, psicóloga especializada en relaciones de pareja, define una relación abierta como aquella en la que los integrantes no consideran la monogamia como la única opción para una relación estable y sana. Este enfoque ha ganado terreno en la última década.
Existen varias modalidades de relaciones abiertas, desde aquellas donde se permite la intimidad emocional pero no física, hasta el intercambio de parejas o el poliamor. Sin embargo, antes de tomar esta decisión, es crucial una reflexión profunda y una comunicación honesta sobre los límites y expectativas de cada uno.
Aunque estas dinámicas pueden funcionar para algunas parejas, no son adecuadas para todos. Es esencial considerar factores como la madurez emocional y la estabilidad de la relación antes de aventurarse en una relación abierta.
Expertos en el tema ofrecen consejos prácticos para que estas relaciones prosperen, como mantener una comunicación constante, establecer reglas claras y no ceder ante la presión de la pareja. Además, insisten en la importancia de no forzar esta dinámica y asegurarse de que ambos estén genuinamente de acuerdo.
En última instancia, mientras que las relaciones abiertas pueden ofrecer una alternativa válida a la monogamia tradicional, no son para todos. La clave reside en encontrar lo que funciona mejor para cada pareja, siempre basado en el respeto mutuo y la honestidad.