La mejor manera de recordar a nuestro gran Vicente Fernández es tener presente los mejores momentos que tuvo a lo largo de su trayectoria.
El sueño de ser cantante para Don Vicente Fernández comenzó desde que era pequeño, pues en una entrevista comentó que de niño le decía a su mamá, Paula Gómez, que él quería llegar tan famoso como Pedro Infante y Javier Solís. Con el paso del tiempo descubrió que lo suyo era cantar, pues si, desde pequeño Vicente Fernández ya tenía desarrollado un vocenonón que impactaba a toda su familia, desde ese momento él supo lo que quería, el objetivo ya estaba que era ser famoso, solo trabajaba mucho en crear su propia música para que la gente escuchara. En 1966, al morir Javier Solís, las disqueras que le habían cerrado las puertas a Chente comenzaron a hablarle y firmó su esperado contrato, por fin, después de haberlo intentado más de 5 veces.
Otro momento inolvidable para nuestro Charro de Huentitán fue cuando se casó con María del Refugio “Cuquita” Abarca Villaseñor, quién era su vecina en Guadalajara. Su boda fue el 27 de diciembre de 1963. Su relación fue tan real, linda y maravillosa que tuvieron cuatro hijos juntos; Vicente Jr, Gerardo, Alejandro y Alejandra. Por lo que cuentan sus hijos, Chente fue un padre muy exigente, pero cariñoso.
Los momentos no paran, siguen los tiempos de éxito en su carrera profesional, no solo fue cantante ranchero, también empresario, productor discográfico y actor mexicano. Protagonizó más de 30 largometrajes. Una de sus películas más exitosas es El albañil, lanzada en 1975. Su talento ha trascendió fronteras y obtuvo una estrella en el paseo de la fama en Hollywood, dos premios Grammy y ocho Grammy Latino.
El 15 de septiembre de 1984 cantó en la plaza de toros México frente a más de 54,000 personas.
En 1991 el periódico The Houston Chronicle se refirió al cantante como “el Frank Sinatra de las rancheras”. ¡Qué orgullo!
En 2005 construyó la Arena VFG para 11,000 personas. Está al lado de su rancho Los tres potrillos, en Guadalajara, y es el lienzo más grande de América Latina.
En febrero de 2009, el charro de Huentitán rompió récord de asistencia en el Zócalo de la Ciudad de México, cuando 220,000 personas corearon sus canciones.
Ha sido gran padre e impulsor en la carrera de su hijo Alejandro Fernández, quien a los cinco años debutó en uno de sus conciertos, ya que acompañaba a su papá y aprovechaba el momento de cantar frente a miles de personas.
¡Te vamos a extrañar mucho Don Vicente, descansa en paz! ¡Hasta siempre!