Deadpool y Wolverine son el éxito del verano 2024 y uno de sus mayores logros se dio con el trabajo de producción de Ryan Reynolds, quien no solo interpreta al antihéroe de MARVEL, desde su primera interpretación en X-MEN Origins: Wolverine, supo que el público se iba a molestar por cómo se estaba adaptando al personaje. Debido a distintos problemas durante la producción y una huelga de escritores en 2009, la película sufrió de cambios en el guion que se hacían horas antes de grabar o durante el rodaje, una de las decisiones más polémicas fue el trato que recibió Deadpool; al principio ser interpretado como un mercenario que habla demasiado a convertirse en una mezcla que a un niño de 10 años le parece “increíble”, teletransportación, rayos láser, espadas en los brazos y al final termina decapitado pero sobreviviendo en una escena postcréditos.
Después de su primera interpretación busco por distintos medios hacer una adaptación que respeta al personaje, sin embargo, el estudio (FOX) no estaba seguro de lo que Reynolds quería hacer. Únicamente pudo realizar un montaje de lo que sería una secuencia de la película, el cual se filtró “mágicamente” en internet, lo que causó el revuelo de los fans y las peticiones para que adaptaran al personaje de una manera más fiel a los cómics.
En 2016 de la mano del director Tim Miller llegó la primera cinta de Deadpool interpretada por Ryan Reynolds, T.J.Miller y Monica Baccarin, convirtiéndose en el mayor éxito para una película clasificación R. Tanto público como crítica quedaron encantados con el resultado, una historia de amor entre Wade Willson y Vanessa combinado con buenos chistes, secuencias de acción emocionantes y violentas, además de referencias para los fanáticos del personaje.
Para la secuela se cambió de director debido al control que Reynolds tenía en la producción, lo que hizo que Tim Miller abandonara el puesto, en su lugar llegó David Leitch, quien venía de cintas de acción bastante aclamadas por el público y la crítica como Jhon Wick (2014) y Atomic Blonde (2017). Para 2018, año en el que se estrenó la secuela de Deadpool, el mundo ya había visto de todo en el subgénero de superhéroes, por lo que parte del impacto que generó la primera entrega se perdió en esta segunda. Sin embargo, se siguió resaltando el humor de Reynolds, además de las integraciones de Josh Brolin como Cable y Zazie Beetz como Domino.
Tuvieron que pasar 6 años, una compra de estudios y una pandemia para por fin tener de vuelta al mercenario bocazas en la gran pantalla, pero ahora acompañado por Hugh Jackman como Wolverine, quien en distintas entrevistas después de 2017 dijo que solo regresaría a interpretar a su personaje si se le incluía con The Avengers en el MCU. Desde la compra de Fox por Disney en 2019 se comenzó a especular sobre una tercera entrega de la franquicia, sin embargo, nadie estaba seguro de si Disney estaría de acuerdo en darle libertad creativa a Ryan Reynolds y en respetar la esencia del personaje. Kevin Feige (Productor de Marvel Studios) entendió que lo que los fanáticos quieren es seguir viendo a Reynolds en el papel y la libertad que tiene con el personaje como productor.
Ahora, junto con el director Shawn Levy llevan a Deadpool y Wolverine por una aventura multiversal llena de cameos, referencias y muchas sorpresas para los fans del personaje y de los superhéroes.